martes, 1 de marzo de 2016

“Educar  una mujer es educar a una familia”

Recuerdo con cierta frescura que esta frase se encontraba escrita en la pared de uno de los salones de la primaria pública que está en Calpan.

Este recuerdo vino a mi mente el día de ayer que vi una  imagen de Pepe Mujica, donde dice que la educación se adquiere en casa y la única labor del docente es enseñar en el aspecto académico y guiar para fortalecer los valores, sin embargo; ¿qué pasa cuando los padres de familia son los que no tienen estos fundamentos?

Ahora que me encuentro participando como asesor docente, veo la gran responsabilidad que hay en la enseñanza, sin embargo es más delicado y se debe hacer con mayor cautela cuando se es una guía de educación enfocada a los adultos, donde se procura fomentar o reforzar valores, si bien en algunos casos solo se le pone nombre a los conocimientos previos que cada educando tiene, y la didáctica es un poco a la inversa, el adulto al igual que un niño hará lo que su maestro hace, con la diferencia de que será un comportamiento que será el modelo de comportamiento en su entorno.


Por lo que el cambio de una sociedad, proviene desde la misma sociedad, trabajando en conjunto para fortalecer los valores y proyectándolos generando un ambiente más sano de convivencia.

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