A Uruapan yo iré a buscarte,
Tacámbaro y Pedernales,
Pátzcuaro, Villa Escalante,
también Ario de Rosales,
a ver si puedo encontrarte
para remediar mis males.
caminos de Michoacán...
10
de enero 2013
Día
1
Puedo decir que este fue el día más esperado del semestre, en mi visión, una nueva forma de afrontar la lengua purépecha, tomando en cuenta que el
análisis realizado en clase sólo había sido de manera escrita, y ahora teniendo
como reto buscar a los informantes para tener acceso a escucharla en una
conversación iniciada por nosotros.
Los nervios a la
primera hora del día no se pudieron evitar, aunados a la incertidumbre de ir a
un lugar que no conocemos sin la presencia del maestro.
Después
de cuatro horas de estar abordo del camión y de sentir mareos en carretera,
llegamos a Morelia y tomamos un
transporte directo a Santa Fe; al
escuchar a las primeras personas hablando en purépecha me emocioné mucho.
Al llegar a Santa Fe
sentí un desconcierto al ver las calles vacías, una de mis compañeras (Lilian)
lo comparo con Comala, poblado que cita Juan Rulfo en su cuento “El llano en
Llamas”; pero afortunadamente la desolación del lugar se debe a la costumbre de
los pobladores de permanecer en sus casas dos horas después del medio día, reanudando sus actividades por la tarde, pero
esto lo supimos hasta al otro día.
La única referencia que
teníamos es que habían estado de fiesta unos días antes, y al parecer empezaron
desde diciembre, y nosotros pensábamos que se debía a que todos estaban
desvelados y cansados de las fiestas.
Buscamos información de
los hostales con los que cuenta la comunidad; a mi gusto se ven acogedores,
pero el precio no estaba a nuestro alcance, fuimos a otro, pero la dueña no se
encontraba; así que, decidimos hospedarnos en Quiroga, además de su buen
precio, su ubicación céntrica nos facilitaría movernos a otros poblados.
La
idea que me rondó en el resto de la tarde fue encontrar una forma de acercarnos
a las personas que entrevistaríamos.
Salimos a cenar a la
plaza central de Quiroga, y mi cena a partir de ese día fue el pozole rojo, que
es con maíz rojo, lo que me gusta es la textura espesa que tiene, y que casi no
contiene carne, acompañado de lechuga, orégano, cebolla, chile habanero; la
única diferencia es que no comen tostadas para acompañarlo.
11
enero 2013
Día
dos
Por la cercanía que hay
entre Quiroga y Santa Fe de la Laguna, decidimos llegar caminando, fue grato
sentir diferentes texturas de suelo al ir caminando, sentir el aire, el sol, y
los olores que se desprenden de los árboles, y ver la fauna del lugar.
Al
llegar a Santa Fe, y empezar a explorarlo para encontrar el centro, me llamaron
la atención el nombre de algunos negocios que está en purépecha.
Después de caminar un
par de cuadras, nos encontramos con Maru, una de nuestras compañeras, quien se
adelantó con un par de compañeros más; a ellos les tocaron todas las fiestas, y
nos explicó que esas fiestas son en honor al niño Dios, y lo van a visitar a
casa del carguero, persona encargada de cuidarlo durante el año.
Ella nos dio un
recorrido fugaz y nos hizo favor de presentarnos a sus nuevos amigos, personas
muy interesadas y preocupadas por no dejar de que desaparezcan las tradiciones
y sobre todo que se preocupan por seguir generando un conocimiento de alfabetización
de los hablantes; y dentro de esta labor uno de ellos, llamado Puki, tiene un
diplomado de lengua purépecha en el Bachillerato Intercultural de la comunidad.
También nos consiguió una visita a un taller de
alfarería.
La primera entrevista
como tal fue a un par de chicas que se encontraban en una tienda de materias
primas y se estaban midiendo un fajero muy lindo bordado con lentejuela,
oportunidad que no dejamos pasar para entrevistarlas; ellas nos hablaron acerca
de las fiestas que acaban de pasar, cómo festejan la navidad, nos dijeron los
colores, y las prendas que utilizan las mujeres habitualmente y de cómo el
purépecha se adquiere en casa y que el español se adquiere cómo segunda lengua
en la escuela, que tiene una enseñanza intercultural.
La siguiente visita fue
la Iglesia, en donde nos llamaron la atención los consejos que están escritos
alrededor del atrio; aquí comenzamos una plática con los chicos del coro del
ministerio, que según nos cuentan tiene poco que se inicio está costumbre, les
pregunté acerca de las festividades religiosas y si aún se acostumbraban las
misas en purépecha, y nos contaron que la única misa que se sigue celebrando es
la del Sagrado Corazón de Jesús.
Y aprovechando que se encontraban en un ensayo nos
tocaron la pirekua “Male Rosita”
Salimos
de la iglesia, y comenzamos a caminar y encontramos a un niño, quien se
encontraba jugando con su hermano menor, y nos proporcionó un poco de
vocabulario.
Regresando al centro
nos encontramos nuevamente con Maru y nos llevo a casa de una señora que se
dedica a la alfarería y le pedimos que dijera frases de como le llama a su hija
la atención cuando se porta mal, y que nos contara como es el proceso para preparar
el barro para moldearlo.
Algo que nos llamó la
atención desde que llegamos fue ver en varias puertas de las casas, un huacal
de madera con un tortillero encima, y la señora que entrevistamos anteriormente
nos explicó que es la forma en que las señoras anuncian que venden tortillas.
Después
nos dirigimos al taller de otro alfarero, quien nos explico el proceso de moldeado
del barro, en donde todo fue explicado
en español; él y su esposa se dedican a la alfarería y vienen al DF a venderla,
principalmente en las feria de Iztapalapa.
Con respecto a la
adquisición lingüística de su hija, dice que le están enseñando purépecha, que
el español lo a prenderá sola en la escuela.
Por la tarde nos
dirigimos a la clase que da Puki, pero como la gente seguía de fiesta y además
había un par
de bodas, no llegaron muchos alumnos, y no se llevo a cabo, pero
nos platicaron de sus perspectivas de cómo ven que va la lengua, y la fuerza
que ha tomado el interés por conocer su escritura y lectura, a las clases
asisten personas de todas las edades.
Al no haber clase nos
dio pie a realizar un par de entrevistas a los alumnos; la primera fue a un
chico de 22 años que se encuentra estudiando la prepa abierta, y nos compartió
sus fotos de la fiesta que acaba de pasar, unos videos de algunas pirekuas
acompañadas a ritmo de banda. La familia de este chico también se dedica a la
alfarería y contó como va al cerro por el barro y el proceso de moldeado y
cocido.
Y por último en esa
tarde entrevistamos a un señor que también asiste a la escuela, él nos hizo favor de contarnos un chiste, y
nos hablo un poco de su interés por aprender a escribir y a leer el purépecha,
y la importancia que tiene para él hacerlo de la manera correcta. Y la
necesidad de retomar la lengua como parte de su identidad.
Día
tres
12
enero 2014
Maru
nos fue a visitar al hotel en Quiroga muy temprano, para ver quien quería/podía
acompañarla a Ihuatzio a una vista que le haría
a Tatá Ismael García Marcelino, encuentro que fue gracias a Edgar, una de las
amistades que cultivó durante su estancia.
Dicha entrevista se desarrollo en
un ambiente de desayuno familiar por parte del poeta, acompañado de esposa,
hija y nietos.
El desayuno consistió en huevos
revueltos con chayota, que es la raíz del chayote, y tiene apariencia parecida
al camote pero solo cambia el color a blanco, frijoles, queso, aguacate, café,
y licuado de fresa.
La conversación giro en torno a la poesía purépecha, y sus recursos
estilísticos, el punto culminante fue cuando entre el poeta y Maru se creó una
conexión mágica, transformándose en un diálogo poeta – filósofo, lo que me
ocasionó una gran alegría el haberla presenciado.
Al
terminar, él nos recomendó ir a Ucasanastacua, pretendimos ir para allá, para
conocer el embarcadero el cual es nuevo, tiene aproximadamente 5 años de haber
sido abierto, y llevan a las tres islas; pero tomamos la combi equivocada y nos
llevo hasta Pátzcuaro.
En Pátzcuaro
caminamos por algunas calles y encontramos una cafetería que cuenta con librería,
donde encontramos varios títulos de libros interesantes, entre ellos “Hablemos
Purepecha” de Claudine, y un vocabulario de la lengua Michoacana.
Y mientras veíamos los libros había
un trío cantando Pirekuas y pude reconocer dos: Male Severiana y Salukita.
En el
centro hay atractivos puestos de nieves y la más representativa es la de pasta,
que sinceramente no me gustó, sabe a leche quemada, y me decidí por la de
mandarina combinada con la de membrillo. A la siguiente esquina había un puesto
de frutas regionales anunciados por la vendedora de manera curiosa, sobresalían las papas rojas, anunciadas como jícamas sin
cascaras, y las que asimilaba su sabor a manzanas con queso, y los garbanzos
verdes.
Para
regresar a Santa Fe nos desubicamos un poco y dimos varias vueltas sobre las
plazas, nueva y vieja, y sin querer conocimos varios lugares interesantes como
el museo, el cual tenía una exposición acerca de las pueblos y los oficios que se realizan en cada región,
la biblioteca que por ser domingo se encontraba cerrada, y una librería Educal,
lugar que Maru pensó podría encontrar un libro de Marcelino, por ser un poeta
local pero no fue así, en cambio yo, encontré una playera que había querido,
desde hace un año y no pude evitar
comprarla, lo que me gusta de la playera es que tiene la leyenda: Y dijo Dios…
aparece la ecuación de Maxwell acerca de la luz, y debajo … Y el universo fue,
lo que me remitió a una teoría que gran amigo que es filosofo está
desarrollando acerca de la creación del universo simplificándolo en “Dios =
física cuántica”; también conocimos un
café en donde se imparten diversos talleres, y también cuentan con un cineclub.
Después
de varios minutos de camino a Santa Fe, regresamos a casa de Edgar y al ver que
no se encontraba salimos a caminar hacia arriba, y llegamos a un lugar donde
hay un ojo de agua, y platicamos con un arriero que llevó a sus vacas a tomar
agua, y su hijo amablemente nos dijo el nombre de cada una de sus
vacas y
becerros; seguimos caminando y llegamos al santuario del “Señor de la roca”,
luego bajamos nuevamente para dirigirnos a la casa del alfarero Manuel Joaquín,
quien nos presentó su obra que ha sido expuesta en varios museos y ganado
premios a nivel internacional; en una de las calles nos encontramos con una
vinatería y entrevistamos al cantinero, él nos proporciono un poco del vocabulario
usado para las bebidas.
Y finalmente regresamos a casa de Edgar para ver si
ya había llegado para despedirnos.
Día
4
13
enero 2013
Mientras
que el día anterior me la había pasado con Maru, mis compañeras habían
concertado una cita con una de las maestras del jardín de niños de Santa Fe, y
nos esperaban a las 10 de la mañana; esta visita fue muy bella, siempre el
contacto con los niños se me ha hecho interesante, por su visión transparente.
Al inicio de sus
actividades nos dieron la bienvenida en purépecha, y posteriormente escogimos
un salón para estar en clase, la cual se desarrolla de manera inercultural, los
salones tienen decoración didáctica en ambas lenguas español – purépecha. Los
niños son muy sociales y al poco tiempo ya nos llamaban “maestras”.
Es una escuela en la
que la organización cuenta con los padres de familia para su buen
funcionamiento, las mamás son quienes preparan la comida que es consumida en el
recreo, y claro, no podíamos irnos sin que nos dieran la receta de las lentejas
que fue lo que comieron durante el recreo.
Saliendo
del jardín de niños, nos dirigimos hacia San Andrés, porque otro señor quedó en
llevarles un libro que utiliza para aprender la lengua, pero no llegó.
Nuevamente en Santa Fe
pasamos a visitar a Puki, para que nos platicara de sus percepciones acerca del
uso de lengua y del interés de los habitantes en retomarla, ya que en la clase
que él da los fines de semana hay muchos jóvenes.
Día
5
14
enero 2014
Este día anduvimos de
paseo por varios poblados, empezamos por la zona arqueológica de Tzintuzntan,
la vista al lago es muy linda, lo que más me gustó y llamó la atención fue que
la información que se brinda a lo largo
del lugar está disponible tanto en español como en purépecha; terminando el
recorrido entramos al atrio de la iglesia, donde los árboles tienen huecos en
sus troncos simulando cuevas.
Nuestra
segunda visita fue al embarcadero de Ucasanastacua, donde salimos hacia la isla
de Janitzio; después de haber negociado el precio para que nos llevara y nos
esperara durante una hora, salimos rumbo a la isla, una vez abordo platicamos
con el señor y le explicamos que somos estudiantes y que nos interesa conocer su lengua, y nos
contó que él si la habla pero por cuestiones de trabajo y el turismo que
predomina en la zona dejo de hablarlo y a sus hijos prefirió enseñarles
español; también comentó acerca del lirio que hay en el lago por las lluvias
excesivas que hubo durante el año; al llegar a la isla caminamos por sus calles
empedradas y empinadas, mientras decidíamos donde comer, una señora le ofreció a
Fer tortitas de nata, ofreció es un decir, porque aprovechándose de su forma
lastimera de hablar y el chantaje emocional de no haber tenido ventas en el día
la obligó a comprarle; fuimos a comer, y
probé las enchiladas, estaban preparadas con salsa de chile guajillo, las
tortillas hechas a mano, rellenas de pollo con verdura, acompañadas de lechuga,
zanahoria, betabel y una rodaja de
naranja. Pedimos la cuenta y mientras esperábamos que nos dieran el cambio, le
preguntamos a la señora que nos atendió si ella hablaba purépecha, y nos dijo
que sí, y al explicarle porque estábamos ahí solo se río y nos dijo que era muy
difícil de hablar y que nos tardaríamos mucho para aprenderla. Cuando me dio el
cambio le dije Diosmeiamu, y en purépecha le dijo a su hijo que intentamos
aprenderlo y se volvió a reír.
El tiempo se agotaba y
tuvimos que regresar a la lancha;
durante el recorrido de regreso al embarcadero de Ucasanastacua, platicamos con
el señor y yo le pregunté acerca de su actividad como pesacador. Al tiempo en
que se desató una lluvia muy fuerte que nos detuvo en el embarcadero, lo que
nos dio oportunidad de hablar con otros lancheros; cuando aminoró la lluvia
subimos a una combi y queríamos bajarnos para tomar el autobús que nos llevaba
de regreso a Quiroga, pero la lluvia no nos permitió bajar, y lo hicimos hasta
Pátzcuaro, en el camino nos encontramos con una familia y platicamos un rato
con ellos acerca de la lengua y de las pirekuas, y comentamos que sabemos
analizar la lengua escrita, pero al escucharlea nos estaba costando mucho
trabajo.
Al
llegar a Pátzcuaro ya había dejado de llover, pude entrar a la biblioteca
y en la estantería de la entrada se
encontraban revistas que estaban regalando, y tome un volumen de la revista,
“Alforja” la seleccioné intuitivamente al ver al Dr. Rubén Bonifaz Nuño en
portada, (el Dr. Bonifaz es mi leitmotiv filológico) contiene sus poemas
comentados por otros poetas, entre ellos Juan Gelman; al salir seguimos caminamos
por las plazas, entramos a varias tiendas de artesanías, poco después
regresamos a Quiroga.
Al llegar al hotel,
como siempre, mi adicción al facebook no se hizo esperar, y entre los estados de varias personas a quienes sigo o
soy amiga, comentaban la noticia del fallecimiento de Juan Gelman.
Por la noche empecé a preparar las maletas para
regresar al DF y ganar un poco de tiempo para conocer más allá del centro.
15
de enero.
Día
6 regreso
En la mañana decidí
desayunar carnitas, en todo el viaje lo evité porque no acostumbro comer carne
de cerdo, caminamos más allá del centro que era lo único que recorríamos al
salir, entré a la iglesia y al ver el altar con un mural que representa a Dios
como creador del universo, en conjunto
con mi playera ilustran muy bien la idea de la ecuación que mencione
anteriormente.
Mis demás compañeras
salieron a comprar artículos de madera que abundan en la zona.
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